“si Dios es una conciencia dentro de uno, qué pinta el Diablo, es el instinto”
En la conexión consciente habitan la idea de Dios que es el bien y la idea del Diablo que es el mal.
Hay una conciencia que crea la
idea de Dios y del diablo, su efecto es la mente analítica, la percepción de la
realidad desde la lógica. Esta contextualiza las circunstancias en las
experiencias espirituales impactando en la elección de quién será Dios y quién
el Diablo de acuerdo con la forma cómo se exprese la personalidad. Si todo va
bien, se es bello, se tiene suerte, hay salud, se es bello, se tienen los
medios, es obra de Dios y lo contrario sería el diablo,haste prosperar es malo o tener deseo sexual por darle rienda suelta a los instinto. Cómo todo esto nos condicionó.
En este contexto, se demonizaron muchas
cosas y dependiendo la perspectiva, el criterio, el grupo, el individuo. Por ejemplo,
nacer con un defecto, malo, era producto del Diablo. Estas personas eran
aisladas, discriminadas, desterradas en el mejor de los casos ignoradas.
Cuando hay conflicto entre quién
será Dios o quién el Diablo, se deja de mostrar la conciencia, quien es quien
elige qué idea mostrar, quitándole a la personalidad la responsabilidad de sus
elecciones y, en consecuencia, despojándola de su voluntad, autoridad para
mostrarse, independientemente de las razones que tenga para elegir.
Las circunstancias en la búsqueda
del hombre por conectarse con una sensación que sentía que lo llevaba a crear
la idea del Dios, fue una oportunidad para la religión para definir a Dios como
una persona sabia, bondadosa, caritativa y el Diablo lo contrario, ignorado así
el instinto que reside en la voluntad del hombre, de elegir cómo expresar la conexión
con su fuerza interna. ¡Ay! de aquel que despierte a la serpiente dormida.
En la construcción de la idea de
Dios, la necesidad era crear un concepto que definiera una conexión que es de
espiritual, entre la personalidad y su conciencia, dándole poder a la mente
analítica para que creara muros que separaran a la personalidad de la
conciencia de sentir, y así preservaban la ignorancia, el objeto más preciado claro,
esto mantenía el poder de la religión que después se divide formando otros
poderes.
Entonces, quién era el Diablo,
era el que manipulaba, seducía, sonsacaba. La realidad era que el instinto, la
fuerza que reside en la personalidad era quien después de hacer conciencia de lo
que siente y piensa, al elegir cómo mostrarse, consciente (Dios-Diablo) o inconsciente
(diablo-Dios) despertaba a la bella durmiente, el subconciente, de su ignorancia
y como recompensa recuperaba su poder porque al asumir la responsabilidad de
sus elecciones, también estaba expresando su voluntad.
La única forma de mantener al
hombre preso dentro de sí mismo, era hacerlo creer que obedecer a Dios,
preservar unos preceptos religiosos, que solo eran acatados por los que no formaban parte de los lideres religiosos. Mientras más desearas sacrificarte,
sufrir sustentados por elegir actitudes que generaban pobreza, hambre,
enfermedad, celibato y castidad estabas obedeciendo a Dios, pero en la realidad
estaban renunciando a los aprendizajes como, abundancia, prosperidad, ser
pareja, amar y también odiar, engañar, traicionar, hasta matar los cuales lo
que hacían era cerrar el ciclo de la personalidad con las elecciones que había
hecho al encarnar en un cuerpo físico en otras vida.
Así que Caín y Abel son un símbolo
de el Dios y el Diablo que reside en cada uno y que juntos, son el despertar a
la conciencia del yo soy.
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